Parabolas
EL TRASFONDO HISTÓRICO
DE LAS PARÁBOLAS
Las parábolas que tenemos escritas en los evangelios no son iguales a las que pronunció Jesús. Han sufrido adaptaciones, arreglos, cambios, modificaciones, según la situación vital de cada comunidad. Se comprende mejor el contenido de las parábolas, estudiando las etapas por las que ellas han pasado, hasta llegar a nosotros.
ETAPAS EN LA VIDA DE LAS PARÁBOLAS
Las parábolas en la vida de Jesús
Las parábolas surgen de la experiencia humana y religiosa de Jesús. Existe una situación vital original: responden a un interrogante, enfrentan un problema, o dan a conocer un nuevo matiz del Reino de Dios en medio del pueblo; hablan de la acción de Dios Padre en la vida de Jesús, en la del pueblo y en la de la sociedad; y tratan de hacer inteligible la experiencia interior de Dios o de su actuar, es decir, de su Reinado. Aquí adquiere la parábola su realidad de símbolo, la meta suprema de su ser literario y de su ser teológico.
Las parábolas en la tradición oral
Después de Jesús, sus enseñanzas quedaron en manos del pueblo que lo escuchó y que se convirtió en su seguidor, el cual en sus reuniones comunitarias pudo aumentar, recortar y re-interpretar las enseñanzas de Jesús.
También pudieron las primeras comunidades cristianas haber puesto la referencia cristológica de muchas parábolas, porque podían percibir el Reino de Dios como el actuar de Jesús Resucitado en su interior.
Las parábolas en las fuentes escritas
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La predicación y la catequesis hicieron conveniente que las tradiciones orales se convirtieran en escritos.
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Para esto fue necesario revisar los relatos que el pueblo y la comunidad de seguidores habían recogido e interpretado.
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Pasar del relato oral al relato escrito dio una estructura más formal y tecnificada a las tradiciones primeras.
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Aparecieron así en diversos sitios fuentes escritas que influyeron en la redacción de documentos como los evangelios y las parábolas.
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La redacción escrita también modificó las parábolas, intentando adaptar el pensamiento de Jesús al contexto de la comunidad. Esto llevó a reinterpretar algunas parábolas como respuestas a necesidades o problemas concretos de cada iglesia local.
Las parábolas en la redacción de cada evangelio
Los diversos contextos de las comunidades de seguidores crearon la necesidad de que algunas iglesias locales releyeran a Jesús, desde sus propias culturas y circunstancias.
Las fuentes para esta relectura fueron:
1. los testigos de los hechos que aún estaban vivos.
2. Las tradiciones orales que manejaba el pueblo y
3. Las fuentes escritas ya existentes.
A todo esto le pusieron su propia interpretación, desde su cultura y sus circunstancias, y compusieron un género literario llamado "evangelio" a través del cual se contaron y le contaron a otras comunidades en qué había consistido la Buena Noticia que Jesús había traído Jesús al mundo, referente al Reino de Dios.
El método que aplicaremos al estudiar las parábolas de Jesús
Como ya lo hemos insinuado, nosotros trataremos de tomar las parábolas en su etapa primera, en el tiempo en que Jesús las pronunció. Es decir, en este estudio seguiremos en parte el método de la Historia de las Formas: colocaremos las parábolas frente a la vida de Jesús y frente a los planteamientos que él se pudo hacer mientras descubría el accionar de Dios o el Reinado de Dios en su vida. Por lo mismo, debemos colocarnos frente a un Jesús vivo, recorriendo la Palestina, antes de la existencia de las primeras comunidades cristianas y, por consiguiente, antes de la aparición de los evangelios.
EL NOMBRE DE “PARÁBOLA” EN EL ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
La parábola en Israel fue una herencia del Antiguo Testamento y se empleó en la literatura poética, en la literatura sapiencial y en la literatura rabínica.
“Parábola” en el A.T. se dice “mashal” (hebreo)
El hebreo llama a la parábola “mashal” (= ser semejante a...). Esta raíz llegó a significar: 1. Símil; 2. Comparación; 3. Alegoría; 4. Fábula; 5. Proverbio; 6. Revelación apocalíptica; 7. Enigma; 8. Pseudónimo; 9. Símbolo; 10. Ficción; 11. Ejemplo; 12. Motivo; 13. Argumentación; 14. Disculpa; 15. Objeción; 16. Chiste.
Por lo tanto, mashal tiene un sentido amplio: cualquier imagen verbal, desde un dicho figurativo (“cual la madre, tal la hija” de Ezequiel 16,44), o un proverbio (“también Saúl entre los profetas” de 1 S 10,11.12), hasta una parábola (la de la oveja, que Natán le dice a David, en 2 S 12,1ss.), o una alegoría (la del águila y la vid de Ez 17,3), o una larga predicción apocalíptica (las parábolas del libro apócrifo Enoc).
“Parábola” en el N.T. se dice “parabolé” (griego)
En el Nuevo Testamento se usa la palabra “parabolé” también con mucha amplitud:
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Como símil: un remiendo nuevo en ropa nueva (Lc 5,36).
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Como comparación: Satanás que expulsa a Satanás (Mc 3,23).
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Como símbolo: las dos tiendas (Hbr 9,9), o Isaac y Jesús (Hbr 11,19), o la higuera con higos tiernos (Mc 13,28).
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Como adagio: médico cúrate a ti mismo (Lc 4,23).
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Como proverbio: el ciego guía de otro ciego (Lc 6,39).
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Como enigma: lo que entra y sale del hombre (Mc 7,17).
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Como regla: el primer puesto en las bodas (Lc 14,7).
Por lo mismo, en los Evangelios se pasa del proverbio a la adivinanza, hasta llegar a las narraciones largas, las que nosotros propiamente llamamos parábolas. Esto significa que la parábola no tiene uniformidad literaria, ni límites predeterminados. Una parábola puede ser o un dicho prefigurativo con un solo verbo, o una semejanza con más de un verbo en el presente, o una narración larga con una serie de verbos en el pasado.
EL MUNDO DE LAS PARÁBOLAS DE JESÚS
El fondo campesino de las parábolas
Las parábolas reflejan el fondo campesino y cotidiano de la Palestina del s. I. Veamos:
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La parábola no tiene origen fantástico, es decir, no son una loca invención de Jesús, sin fundamento en la vida real.
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Jesús toma sus parábolas del mundo real que lo rodea. Muchas de sus figuras son del campo, lo cual nos indica que fue criado en este ambiente. Habla del sembrador, del trigo, de la cizaña, de la mostaza, de la oveja perdida, de los nidos, de las madrigueras, de los peces grandes y de los pequeños, del labrador y su arado, del labrador paciente, de la lluvia, del sol, de las flores y de los pájaros...
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También nos habla de los signos del tiempo: de la nube en el occidente que anuncia lluvia, del viento del sur que trae calor, de la higuera con brotes que preanuncia el verano, de los campos blancos por el trigo que piden la cosecha y de los labradores dispuestos a recoger los frutos.
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Las parábolas nos hablan también de la vida familiar: de la mujer que amasa una gran cantidad de pan, de la levadura que ella le echa a la masa, del hijo calavera, de la mujer que barre etc.
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También nos habla de la vida del pueblo: de los juegos en la plaza del caserío, del juego de las bodas y de los funerales...
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Los actores de las parábolas son gente real: dos clases de constructores; dos bandos en pelea; el finquero rico y sus grandes graneros; el siervo incansable; los desocupados que esperan en la plaza; el labriego que descubre un tesoro en el campo; el comprador o negociador de piedras finas...
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Finalmente, nos hablan de sucesos reales, así algunos de ellos no sean tan comunes como los otros: el ladrón nocturno; las bodas y las doncellas no invitadas; el juez corrompido y la viuda; el administrador sagaz; los ladrones en el camino de Jericó...
El origen de las “narraciones parabólicas”
Aunque el origen de la palabra “parábola” es griego, sin embargo las narraciones de parábolas del Nuevo Testamento no se originan en la literatura griega. Su origen es israelita, veterotestamentario. A Grecia sólo debe su nombre, ya que el Nuevo Testamento fue escrito o traducido al griego, como lengua común impuesta por la cultura dominante de entonces: la helenista.
Parábola y alegoría
Alegoría viene del griego: alos = otro y agoreuo = arengar, hablar. Al pie de la letra significaría: “hablar otra cosa”. Por lo mismo, alegoría es una ficción literaria o artística en la que se afirma algo que no debe ser tomado al pie de la letra, sino que debe ser referido a “otra” realidad que tiene aquella cualidad que se quiere resaltar (p. e. “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos” de Jn 15,5). Ni Jesús es vid, ni los discípulos son sarmientos; sin embargo, vid y sarmientos tienen una relación que es aplicable a Jesús y a sus discípulos: así como los sarmientos toman vida de la sabia de la vid, así los discípulos deben tomar su vitalidad de Jesús. Por lo mismo, una alegoría tiene tantos puntos de comparación, cuantas figuras o imágenes relate. Todo lo contrario a lo que va a ocurrir con la parábola, que apenas tiene un punto central, aunque tenga muchos otros puntos secundarios.
Diferencias entre la alegoría y la parábola
Tengamos en cuenta estos elementos:
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Los detalles en la alegoría son elementos principales, mientras en la parábola no.
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La alegoría tiene varios puntos de comparación, mientras la parábola tiene solamente uno.
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En la alegoría hay que descifrar punto por punto, mientras que en la parábola hay que descifrar sólo un punto.
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En la alegoría puede no ser real lo que se dice, en cambio en la parábola es real todo lo que se dice.
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Es posible que haya parábolas convertidas en alegoría (p. e. la parábola del Sembrador Mc 4,3-9 fue convertida en una alegoría en Mc 4,13-20). Estas alegorías no serían palabra directa de Jesús, sino re-creación de la comunidad que interpreta a Jesús. Esto no va contra la inspiración del texto, pues tanto la parábola original como su interpretación están inspiradas por Dios.
El número de las parábolas
La parábola tiene multiplicidad de formas. Los especialistas no tienen unidad de criterio en cuanto al número de parábolas de los evangelios sinópticos. Una lectura atenta de estos escritos revela que así como hay muchas parábolas bastante bien conservadas, hay muchas otras que pudieron haber perdido su forma original, que puede ser reconstruida.
Para algunos sólo existen 30 parábolas, para otros 33, para otros 41, para otros 53, para otros 60 y, finalmente, para otros 62. En este sencillo estudio que hacemos de las parábolas, estudiaremos unas 50, sin que esto signifique que sólo exista este número.
Los contextos de las parábolas:
Queremos tocar este tema, porque es básico para la comprensión y aplicación del método que queremos emplear. Frente a las parábolas hay que hacer esta pregunta: ¿Tenemos en cuenta el contexto original de Jesús cuando pronunció en vida sus parábolas, o el de la comunidad que las confronta después de su muerte? ¿Hay algún cambio de contextos? La respuesta es afirmativa. Veámoslo, así sea sin mucha profundidad, y sabiendo que no agotamos el tema, ni zanjamos la discusión frente a ellos, sino que estamos dando unos cuantos posibles ejemplos:
Contextos de la vida de Jesús |
Contextos de las primeras comunidades |
Jesús es un maestro sabio popular
Jesús, sometido a persecución y muerte
Existe Jerusalén
Los romanos toleran a Jesús
Los saduceos, dirigentes, persiguen a Jesús
Los apóstoles son discípulos en formación
Judaísmo tolerante, en algunos aspectos
Jesús va al templo
Jesús frecuenta las sinagogas
Los judíos pactan con Roma
Priman los esquemas mentales judíos de Jesús
Las parábolas de Jesús tienen vida oral
Está viva la radicalidad del Jesús
Los pobres tienen mucha fuerza
La humanidad de Jesús es palpable
Lo femenino tiene presencia y liderazgo
Jesús no se porta como jefe de religión
El Evangelio, oferta de valores universales
Los oyentes son principalmente judíos
Jesús habla a judíos del Reino de Dios
Las parábolas nacen principalmente en el campo |
Jesús es Maestro Divino, por la resurrección
La comunidad, bajo persecución y muerte
Jerusalén está destruida
Los romanos persiguen a la iglesia
Los Fariseos, dirigentes, persiguen a cristianos
Los apóstoles son dirigentes comunitarios
Radicalización del judaísmo, a partir de Jamnia
Los cristianos se ausentan del templo
Los cristianos son expulsados de las sinagogas
Roma va rompiendo los pactos
Entran los esquemas mentales helenistas
La literatura escrita fija las parábolas de Jesús
Las comunidades empiezan a enfriarse Los ricos también se hacen cristianos La divinidad de Jesús opaca su humanidad
Lo masculino se toma el liderazgo y opaca…
El cristianismo se piensa como religión
El Evangelio, alimento del cristianismo
Los oyentes son de culturas diferentes
El Reino de Dios desaparece frente a los griegos
Ahora son vividas principalmente en la ciudad
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Como es obvio, no es lo mismo vivir las parábolas en el primer contexto que en el segundo. Esta es la razón por la cual preferimos, a nivel pedagógico, tratar de leer y comentar las parábolas desde su contexto original que es el de Jesús vivo, como predicador y pedagogo.