Generalidades Bíblicas
GENERALIDADES BÍBLICAS
Parte I
INTRODUCCIÓN
INDICE TEMÁTICO:
TEMA 1. UNIDAD Y TOTALIDAD DE LA BIBLIA
TEMA 2. EL NOMBRE
TEMA 3. CONTENIDO GENERAL DE LA BIBLIA
TEMA 4. LAS LENGUAS BIBLICAS
TEMA 5. AUTOR DE LA BIBLIA
TEMA 6. FECHA DE COMPOSICIÓN DE LA BIBLIA
TEMA 7. LUGAR DE COMPOSICIÓN DE LA BIBLIA
TEMA 8. LOS GÉNEROS LITERARIOS
TEMA1. UNIDAD Y TOTALIDAD DE LA BIBLIA
La Biblia es un libro que tiene su propia historia, la Biblia no cayó del cielo ya terminada, fue haciéndose poco a poco a partir de la vida real de un pueblo escogido por Dios: Israel. La formación de la Biblia es todo un proceso dinámico, es el resultado de un proceso que ha generado una unidad y una totalidad con la aparición de los escritos. Estos escritos se fueron ajustando a los diversos momentos de la historia del pueblo de Israel, los cuales permitieron que se dieran continuos cambios en su lectura e interpretación. La Escrituras alcanzaron su sentido definitivo con Jesucristo, la revelación plena del Padre. Por tanto, la Biblia debe ser interpretada en su conjunto, como una unidad que manifiesta la totalidad de la verdad y la última y definitiva revelación de Jesucristo.
TEMA 2. EL NOMBRE
La Biblia ha recibido varios nombres o títulos. Biblia es una palabra que viene del griego: es un nombre en plural, ta biblia, que significa los libros. Del griego, ese término pasó al latín, y a través de él a las lenguas occidentales, no ya como nombre plural, sino como singular femenino: la Biblia, es decir, el libro por excelencia. Con este término se designa ahora a la colección de escritos reconocidos como sagrados por el pueblo judío y por los cristianos.
Pero más que un libro, la Biblia es una biblioteca. En efecto, nos encontramos allí con un cierto número de obras muy diferentes entre sí, agrupadas en dos grandes bloques: el Antiguo y el Nuevo Testamento (abreviados: AT y NT).
Antiguamente se le llamaba también a la Biblia la Escritura, las Escrituras o la Sagrada Escritura. Esto es importante y significa dos cosas: se trata de la Palabra de Dios puesta por escrito y por otra parte, lo que para nosotros es Palabra de Dios son los escritos y no los sucesos o las palabras pronunciadas antes de que fueran redactadas.
Dos ejemplos de estos nombres los encontramos cuando Jesús le dice a los Saduceos en Mt. 22, 29 “Vosotros estáis equivocados porque no conocéis las escrituras” y en Lc. 24,32 cuando los discípulos de Emaús dicen: “no es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando Jesús venía hablando en el camino y nos explicaba las escrituras”.
Después se les llamó Libros Santos, Libros Sagrados, Palabra de Dios. Hoy se llama Biblia. El origen de esta palabra viene del segundo libro de los Macabeos en el que se llama a las
escrituras “Biblia Taagia” o sea “Libros Santos”. San Clemente fue el primero en llamar a la Biblia, palabra de Dios.
TEMA 3. CONTENIDO GENERAL DE LA BIBLIA
La Biblia es la colección de libros escritos por diferentes autores, lenguas, épocas y estilos literarios. La Biblia es la biblioteca religiosa de un pueblo, en un solo volumen. Se compone de dos partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
La palabra Testamento en Español se presta a un equívoco, porque no se ve muy claro en qué sentido puede aplicarse a la Biblia. Sin embargo la dificultad se aclara si se tiene en cuenta la vinculación de la palabra latina testamentum con la palabra hebrea berit, “pacto o alianza”.
Berit es uno de los términos fundamentales de la teología bíblica. Con él se designa el lazo de unión que el Señor estableció con su pueblo en el monte Sinaí. A este pacto, alianza o lazo de unión establecido por intermedio de Moisés, los profetas contrapusieron una “nueva alianza”, que no estaría escrita, como la antigua, sobre tablas de piedra, sino en el corazón de los hombres (Jer. 31, 31-34). De ahí la distinción entre “nueva” y la “antigua alianza”: la primera sellada en el Sinaí y la segunda establecida por Jesús.
Ahora bien, el término hebreo berit se tradujo al griego con la palabra diatheke, que significa “disposición”, “contrato”, “arreglo”. De este modo, la traducción de los Setenta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto o alianza era un don y una gracia de Dios. Así, pues, la Biblia es el conjunto de libros que nos hablan de la alianza que estableció Dios con Israel por medio de Moisés (antigua alianza) y que llegó a su plenitud en Jesucristo (Nueva alianza).
La palabra griega diatheke fue luego traducida al latín por testamentum, y de allí pasó a las lenguas modernas. Por eso se habla corrientemente de Antiguo y Nuevo Testamento.
División Numérica.
La primera parte de la Biblia, el Antiguo Testamento, es común a los Judíos y a los cristianos, pero con algunas diferencias.
Los Judíos, seguidos por los protestantes, reconocen sólo los libros escritos en hebreo, unos 39 libros; los católicos añaden 7 libros escritos en griego. Los protestantes llaman a estos 7 libros “deuterocanónicos”: Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, Sabiduría y los libros de los Macabeos, más algunas partes de los libros de Daniel y Ester.
Muchos años después, en 1521 cuando Lutero se separó de la Iglesia Católica, los reformados o protestantes, asumieron el canon de la Biblia hebrea. Eso explica por qué la Biblia de nuestros hermanos separados no tienen esos libros que indicamos
El Nuevo Testamento es idéntico para todos los cristianos, tiene 27 libros. Por tanto, la “biblioteca” del cristiano -o Biblia- tiene para los protestantes 39 libros en el AT y 27 en el NT para un total de 66 libros y para los católicos y los ortodoxos 46 libros en el AT y 27 en el NT para un total de 73 libros.
La Iglesia Católica al igual que la Ortodoxa acepta en el Concilio de Hipona (383) y después en el Concilio de Trento (1.546) los textos que hoy reconocemos inspirados.
División Temática.
Para el Antiguo Testamento nos encontramos con dos clases de clasificación:
La Biblia de los judíos tiene tres partes: la LEY o Torah (que llamamos Pentateuco), los PROFETAS o Nebiim, divididos en dos grupos: los profetas anteriores (son los libros que mal llamamos “históricos”) y los profetas posteriores o escritores (Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc.), finalmente, los ESCRITOS o Ketubim (son los libros sapienciales). Tomando la primera sílaba de cada una de las divisiones (Torah, Nebiim, Ketubim), los judíos han formado la palabra TaNaK, que para ellos designa la Biblia.
La Biblia de los católicos adopta el orden inspirado en la Biblia griega o de los LXX, que clasifica los libros del Antiguo Testamento en cuatro partes: el PENTATEUCO, los libros HISTORICOS, los libros PROFÉTICOS y los libros SAPIENCIALES.
La clasificación de los libros del Nuevo Testamento es la misma en todas las Biblias Cristianas.
La clasificación quedaría así:
Grupos Antiguo Testamento Nuevo Testamento.
Pentateuco 5 libros
L. Históricos 16 libros 5 libros
L. Didácticos 7 libros 21 libros
L. Proféticos 18 libros 1 libro
División Parcial.
En capítulos y versículos.
La división de cada libro en capítulos numerados se debe a Esteban Langton en 1.226 en la Biblia de París y la división en versículos al Dominico Santos Paganini en 1.528 y más tarde en 1551 fue completada por el impresos Robert Estienne, durante un viaje en diligencia de Lyón a París.
La Biblia tiene: 1.334 capítulos, 1054 del AT. Y 260 del NT. 31.175 versículos. 773.692 palabras. 3´566.480 letras. El nombre de Yahveh se repite 6.855 veces. El salmo 117 se encuentra en la mitad de la Biblia.
Esta distribución en capítulos y versículos no siempre corresponde al sentido del texto; no hay que tenerla en cuenta a la hora de comprender su sentido. Pero resulta práctica, ya que la han adoptado todas las Biblias. Para designar un pasaje de la Biblia, basta con indicar la referencia o cita, o sea, señalar el libro, el capítulo y el versículo; por ejemplo: Ex. 3, 1-7.
TEMA 4. LAS LENGUAS BIBLICAS
El conjunto del Antiguo Testamento está escrito en Hebreo con algunas raras páginas en arameo y algunos libros en griego. Estas dos lenguas, el hebreo y el arameo (lo mismo que el árabe) sólo se escriben con consonantes; es el lector el que tiene que añadir las vocales según el sentido de las palabras. Unos sabios judíos llamados “masoretas”, del siglo VII de nuestra era, fijaron el sentido de las palabras añadiendo las vocales bajo la forma de unos puntitos por debajo y por encima de las consonantes; por eso se le llama a ese texto hebreo “texto masorético”.
El Antiguo Testamento fue traducido al griego a partir del siglo III antes de Cristo en Alejandría. Según una tradición, setenta hombres (escribas) fueron encerrados en setenta celdas separadas, y se les dieron setenta días para traducir las Escrituras. Al final del período se descubrió que todos habían hecho la misma traducción, palabra por palabra.
Así reza la leyenda. Más cercano a la verdad es que los judíos que vivían en Alejandría fueron responsables de la traducción, o más bien de varias versiones en griego, que fueron evolucionando a lo largo de muchas generaciones. Cada libro estaba escrito en un rollo y los rollos almacenados en cajas diferentes.
El sentido de esta leyenda tiene su importancia; significa que semejante traducción sólo pudo ser inspirada por Dios. Por eso a esta traducción se le llama la de los SETENTA (en abreviatura LXX). Hubo otras traducciones griegas antiguas, las de Aquila, Symmaco, Teodocio.
El Nuevo Testamento fue escrito totalmente en griego, en el dialecto “común” que se hablaba en aquella época y que es algo distinto del griego clásico; a ese griego se le llama la coiné o lengua común.
Los especialistas traducen y trabajan sobre los textos originales, es decir, los textos hebreos AT y los griegos del NT.
Entre otras traducciones o versiones antiguas se pueden mencionar las traducciones siríaca, copta y latina. La versión latina se llama “Vulgata” (editio vulgata, es decir, edición vulgarizada) y fue obra de San Jerónimo a finales del siglo IV y comienzos del V de nuestra era.
TEMA 5. AUTOR DE LA BIBLIA
Dios habla en la Biblia a través de los hombres, ricos y pobres (campesinos y pastores, sabios y sencillos, profetas, sacerdotes y reyes). Dios no escribió las escrituras de su puño y letra, simplemente escogió a unos pocos hombres como “instrumentos suyos” (por emplear un término ya eliminado del lenguaje bíblico) y les inspiró lo que quería decir y éstos obedecieron y actuaron, pero con libertad.
Dios hace que los hombres por El escogidos (hagiógrafos), “verdaderos autores”, escriban todo lo que Él les revela o sugiera librándoles de error, moviendo por la inspiración su voluntad, pero respetando su cultura, ambiente, temperamento, estado psicológico en que se
encuentran. Aunque la mayoría de ellos (hagiógrafos = escritores sagrados) no tenían conciencia de estar hablando o escribiendo la palabra de Dios, sólo buscaban prestar un servicio a sus hermanos en nombre de Dios.
Los autores son Instrumentos Humanos: Algunos escribieron y otros no sabían hacerlo, pero animaron al pueblo y hablaron, siendo sus palabras transmitidas oralmente por años, hasta que alguien decidió fijarlas por escrito.
En el Antiguo Testamento la mayoría de sus autores son desconocidos, pues pertenecían a la cultura semita donde no tenían sentido de pertenencia sobre las creaciones artísticas, y la propiedad era comunitaria, por lo que todas estas obras son en su mayoría anónimas y generalmente el título del libro no corresponde al nombre del autor, sino más bien al protagonista. Ejemplo, Josué, Ester, Judit, Macabeos, etc.
La mayoría de los autores del Nuevo Testamento son conocidos, tanto así que conocemos los autores de los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, al apóstol Pablo como autor de 13 cartas, etc. Algunos no están escritos por quien dice estar escritos y el autor usa un nombre célebre para dar importancia a su obra. Por ejemplo, la segunda carta de Pedro fue redactada por un discípulo suyo.
TEMA 6. FECHA DE COMPOSICION DE LA BIBLIA.
En lugar de hablar de AUTORIA se habla de PROCESO o de historia de la formación de un libro. Así entonces el Pentateuco se forma entre los siglos X y XI con Moisés como protagonista y Esdras como su promulgador. Los Salmos, Proverbios y el Cantar son fruto del coleccionar progresivo de oraciones, sentencias y cantos de amor. Isaías reúne al menos 3 profetas entre los siglos VIII y VI. La ley se compone de varios códigos nacidos en épocas diversas. La imagen del autor se socializa y con frecuencia hay que hablar de escuelas de carácter sacerdotal, profético, cortesano, sapiencial.
Proceso de formación.
1. Acontecimiento histórico
2 . Reflexión “Dios estuvo presente”.
3. Transmisión oral.
4. Puesta por escrito o tradición escrita.
ETAPA VERBAL
Inicialmente no existían los libros escritos, sino que el pensamiento de Dios o su presencia, se convertía en un mensaje que llegaba a ser propiedad de la comunidad y que se sentían en la necesidad de comentarlo con los demás verbalmente, de vivirlo en si vida diaria, celebrarlo en sus ritos y transmitirlo a sus hijos y nietos de generación en generación, siempre conservando el mensaje, pero variando la metodología o forma de narrarlo.
ETAPA ESCRITA
Se comenzó a escribir el primer libro por el año 1.250 a.C. y se acabó de escribir el último libro unos 100 años después de Cristo. Llegó el momento en que surgió la necesidad de plasmar por escrito todas esas vivencias, celebraciones y tradiciones transmitidas por los abuelos, y se dieron a la tarea mucho tiempo después de ocurridas, de escribirlas en grandes rollos, que llegaron hasta nuestros días.
Entre el primer libro de la Biblia y el último transcurrieron 1350 años, siendo el Éxodo el primer libro que se escribió.
TEMA 7. LUGAR DE COMPOSICION DE LA BIBLIA.
La Biblia no fue escrita en un solo lugar, sino en muchos lugares diferentes, la mayor parte del AT. fue escrita en Palestina, tanto en el reino del Norte, como en el reino del Sur, algunas partes en Babilonia durante el Destierro (Siglo VI a.C.) y otras partes en Egipto donde emigró mucha gente por las dificultades de vivir en Palestina.
El NT. se escribió en Palestina, sobre todo en la capital, Jerusalén, pero al salir los discípulos a evangelizar, también escribieron desde ciudades griegas y romanas y otras del Asia Menor (Turquía), donde existían comunidades fundadas y visitadas por Pablo.
EPOCAS PRINCIPALES.
La Biblia se escribió en su mayor parte en época de crisis y transición de Israel y las principales épocas en que se hizo por escrito la vida y fe del pueblo del AT. fueron:
-
Reinados de David y Salomón (1000-940) marcó la transición de la confederación de tribus al gobierno monárquico y el lento paso de la vida nómada a la sedentaria agrícola.
-
Reinado de Ezequias: (716-687) marcado por la crisis del reino de Judá, después de la separación se generó un movimiento general de reformas que fracasaron por la corrupción, la guerra sucia, la impunidad, la confusión y el endeudamiento sin salida.
-
Destierro en Babilonia (587-538) y después de él. Es la principal crisis en la historia de Israel, el pueblo perdió su fe que generó una crisis de identidad, lo cual llevó al pueblo a reelaborar su fe según una nueva realidad. Esta es la época de más riqueza en elaboración literaria, generándose la redacción definitiva de las tradiciones orales.
TEMA 8. LOS GENEROS LITERARIOS
Leyendo detenidamente la Biblia descubrimos, a través de los diferentes libros, muchas expresiones propias de la literatura oriental donde los conceptos se expresan por medio de imágenes.
Los semitas (los pueblos orientales) a diferencia de lo que sucede en la mentalidad occidental (cultura greco-latina), no eran dados a la especulación o a lo abstracto. Para expresar un concepto, así sea el más abstracto, se valían de hechos o realidades concretas y desde esa realidad construían los conceptos. De igual manera nosotros también utilizamos muchas
formas o expresiones cargadas de imágenes o símbolos para expresar por medio de ellas conceptos o ideas que no corresponden literalmente a lo que estamos expresando.
La literatura bíblica comparte con la universal sus grandes géneros. Los géneros literarios responden a modos diversos de expresarse y a las varias funciones del lenguaje. Se definen por los contenidos que transmiten, por las situaciones y ambientes en que nacen, por la estructura y el vocabulario que utilizan. Para entender un libro es decisivo tener muy claro su género literario.
Por eso, para descubrir la intención que tuvieron los autores sagrados al escribir lo que Dios les revelaba, debemos tener en cuenta los “géneros literarios” que se usaban en su época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. Los géneros literarios más frecuentes en la Biblia son:
1. Histórico.
Si utilizamos este término en sentido muy amplio, puede abarcar todo lo que tiene forma de relato. En la Biblia predomina la historia. Es claro que no corresponde exactamente con lo que hoy llamamos historia, que con su rigor metodológico es una disciplina muy reciente. Lo narrativo en la Biblia comprende la historia real y la ficticia, los géneros poético-populares de la leyenda, la saga, el cuento y el mito, y los informativos como listas, genealogías e informes, la novela y los anales, la biografía y la gran historia.
La historia bíblica no se interesa únicamente de los hechos que fueron, sino y ante todo de cómo fueron vividos y qué significaron.
Con las antiguas tradiciones, en forma de leyendas y de sagas, los historiadores construyeron la historia patriarcal y la mosaica o dieron de ellas una imagen. Lo narrativo del Pentateuco resulta de la fusión de varias versiones de esos viejos recursos.
En la Biblia nos encontramos con tres grandes bloques históricos:
-
El espacio de tiempo que va desde Josué hasta el final de la monarquía. A la obra que recopila este periodo se le llama HISTORIA DEUTERONOMISTA, por dependencia del Dt. Y que se integra de Josué (entrada en la tierra), Jueces (asentamiento de las tribus y confederación tribal), Samuel (monarquía de Saúl y de David) y Reyes (Salomón y los dos reinos hasta el destierro).
-
Hacia finales del siglo cuarto se escribió otra gran historia, actualizando el sentido del pasado para la situación del momento. Su objetivo era reforzar la identidad de la comunidad judía. Es la historia cronística, integrada por Crónicas, Esdras y Nehemías.
-
Los otros dos grandes libros narrativos del AT. son los de los Macabeos. Cuentan la gesta heroica que en el siglo II a.C. llevó a cabo el judaísmo frente al helenismo.
-
Además de esos libros, historia del pueblo en su conjunto, están, dentro del género, las cinco narraciones didácticas de los libros de Rut (relato de una familia emigrante), Tobías (un judío modélico en el destierro babilónico), Judit (la heroína que salvó una ciudad), Ester (la que salvó a su pueblo entre los persas) y Jonás (el profeta a pesar suyo). En el NT. son del género narrativo los evangelios y el libro de los hechos.
2. Jurídico.
La ley bíblica, como género, es semejante a la de otras literaturas antiguas y modernas. La ley bíblica describe las relaciones de Yahvé con su pueblo, los deberes del pueblo para con Yahvé y los mutuos derechos y obligaciones de los hombres por medio de leyes.
La ley bíblica no está recopilada en libros independientes, sino que está encuadrada en la historia de Moisés, en el contexto de la alianza, en el Ex. Lv. Nm. y Dt. Al conjunto del Pentateuco, ley e historia, se le llama TORAH, en el sentido de instrucción.
La ley en los cuatro libros mencionados no constituye un todo uniforme, estructurado y orgánico. Se integra de varios códigos, unos extensos y otros cortos, que surgieron en momentos diversos. No son obra de legisladores, ni son leyes de Estado, sino colecciones de las normas de una comunidad de carácter sacral, a lo largo de la historia.
Se identifican en el conjunto el decálogo mosaico o las diez palabras (Ex. 20, 2-17), el decálogo cúltico (Ex. 34, 14-26), el código de la alianza (Ex. 20, 22-23,19), el código deuteronómico (Dt. 12-26), la ley de santidad (Lv. 17-26) y el bloque heterogéneo de la ley y el saber sacerdotal (Ex. 25-31; 35-40; Lv. 1-16; Nm. 1, 1-10,10; 17-19; 25, 10-31,54; 34-36).
La ley cubre los aspectos diversos de la vida, el civil y el religioso, el ético y el cúltico. Se presenta en dos formas: la apodíctica, de tono absoluto, como “Honra a tu padre y a tu madre” o “No matarás”, y la casuística, representando el caso con un “sí” o un “cuando” (Ex. 21, 2.
3. Profético
La profecía es palabra de mensajero. Tiene la forma de sentencia por la que Dios habla a los hombres. En la Biblia ocupa un lugar excepcionalmente extenso e importante. Las palabras y los recuerdos de los profetas anteriores al siglo VIII llegan hasta nosotros en leyendas recogidas en los libros narrativos, especialmente Samuel, Reyes y Crónicas. Aparte de Moisés, están ahí Samuel, Natán, Gad, Ahías de Silo, Elías y Eliseo.
Después del siglo VIII a.C. lo que nos llega de los profetas son, sobre todo sus palabras. Los profetas mismos no fueron escritores, sino oradores. Sabemos de alguno que dictó palabras a un discípulo (Jr. 36). Los discípulos retuvieron y transmitieron la palabra, que terminó un día en libro. Los libros proféticos recogen eventualmente datos autobiográficos o biográficos de los profetas; pero más que nada transmiten sus palabras. Cada cual tiene su historia. Algunos reúnen palabras de más de un profeta. El caso más extremo es el de Isaías, con palabras de tres profetas.
Los transmisores de las palabras y los editores de los libros ordenaron el material a su manera, a veces siguiendo criterios de contenido, otras de forma, y con frecuencia ningún criterio que nosotros podamos ver. Pero en el ordenamiento se impuso una estructura que afecta al libro en su globalidad.
En el destierro cuajó la convicción de que en los profetas la denuncia y el anuncio de juicio se orienta a la salvación. Y eso se reflejó en el ordenamiento de los libros. Los profetas en los que la promesa de salvación era muy débil recibieron finales prestados de otra procedencia. Es el caso de Amós y de Oséas.
4. Lírico
La lírica, expresión literaria de vivencias, se distingue en su lenguaje de la poesía sapiencial y de la profética, de forma sentenciosa. La lírica abunda en la Biblia, con cantos esparcidos por la mayor parte de sus libros y con tres obras específicas: los salmos, las lamentaciones y el cantar de los cantares.
El cantar es una colección de cantos de amor, seguramente los cantos de novios de la época monárquica, reunidos y vinculados por enlace en época tardía. Celebran el amor juvenil de la pareja en el marco de la naturaleza en primavera, con los protagonistas disfrazados de reyes, de pastores o de cultivadores de jardines, como suele hacer desde siempre la poesía amorosa.
Las lamentaciones son una colección de cinco elegías sobre las ruinas de Jerusalén, destruida en el 586 por Babilonia. Una viuda que llora por sus hijos personifica a Jerusalén y a Judá. Son cantos patéticos por la vida desde el encuentro con la muerte.
Los salmos son una colección de 150 unidades poético-oracionales, compuestas por Israel a lo largo de su historia. La poesía está en ellos en función de la oración. Por sus temas, su lenguaje, sus tonos y su ambiente vital, se dejan dividir en varios géneros, como la lamentación, la acción de gracias y el himno. Y hay también composiciones de tono sapiencial. Desconocemos sus autores. El pueblo los hizo suyos. La colección debió de terminar en el siglo III a.C.
5. Sapiencial
Sabiduría o género sapiencial es una manera de hacer literatura que floreció en todo el oriente desde la más remota antigüedad. La cultivaron los sumerios, los asirios, los egipcios, los árabes y los cananeos. La Biblia se hace eco de ella, pero Israel desplegó también su propia creatividad.
La sabiduría radica en el uso que hace el hombre de su experiencia y de su razón para salir a flote en todos los niveles, el utilitarista, el ético y el religioso, y en el talante didáctico de sus formas y contenidos. El sabio se mueve normalmente en terrenos cercanos, al alcance de la experiencia. Pero aun ahí se encuentra con sus limites. Estos le brindan la ocasión de abrirse a la sabiduría que viene como regalo a quien la busca.
La forma más normal de condensar y de transmitir la experiencia es el mašal, proverbio, sentencia, refrán; pero también el pequeño poema, la alegoría, el relato didáctico y el gran poema. Versa sobre las realidades diversas de la vida, comportamientos humanos, actitudes, situaciones, relaciones. Y en su momento se enfrenta con la crisis y con los grandes interrogantes que presentan el mal y el sufrimiento, la vida y la muerte.
La sabiduría comienza a cultivarse en Israel en la época de Salomón, a quien la tradición hizo prototipo del sabio (1Re. 5, 9-14) y al que por eso atribuye parte de los libros sapienciales. Pero estos aparecieron como fruto maduro en época tardía. En el libro de los proverbios se recoge sabiduría antigua en forma de sentencias. Sus colecciones se remontan a Salomón y Ezequías. Job, en el siglo V, es un libro de tesis sobre el mal y el sufrimiento y los problemas humanos y teológicos. El Eclesiastés, en la época helenística, hace una encuesta rigurosa sobre valores y sentidos. El Eclesiástico, en el siglo II, intenta actualizar los valores tradicionales. La sabiduría, en el siglo I, quiere enseñar a gobernar y a gobernarse.
6. Apocalíptico
El género, cuyo nombre se deriva de la Apocalipsis, revelación, es un fenómeno literario, con un particular trasfondo histórico, psicológico, y teológico. Florece en el siglo segundo y primero a.C. y primero de la era cristiana. Con su lenguaje de símbolos, la apocalíptica, hija de la profecía y un poco también de la sabiduría, presenta el momento del triunfo del reino justo.
La literatura apocalíptica desborda el marco de la Biblia, con un importante número de apócrifos judíos y cristianos. El libro más clásico de este género es el libro de Daniel en el AT y en el NT por el Apocalipsis de Juan.
7. Evangélico
La intención de los evangelistas es presentar la buena noticia, la salvación en Jesucristo (Mc. 12, 1-12). El género evangélico tiene sus formas propias de la época: Fórmulas mnemotécnicas: refranes Mt. 5, 38; numéricas Lc. 17, 4; discurso apologético Jn. 18, 36; discursos doctrinales Jn. 6, 48-59; controversias Mt. 12, 1-14; enseñanza parabólica Lc. 15, 11-32; Milagros Mc. 10, 46-51.
8. Epístolas – Cartas
Las epístolas tienen como intención exhortar, amonestar en nombre de Jesucristo. La carta tiene su propia estructura: Saludo, cuerpo o contenido doctrinal y despedida con algunos avisos o recomendaciones. En la carta sabemos con precisión el nombre del remitente y del destinatario. A este género pertenecen las catorce cartas de Pablo y las siete cartas católicas.
GENERALIDADES BIBLICAS
Parte I
INTRODUCCIÓN
INDICE TEMÁTICO:
TEMA 1. UNIDAD Y TOTALIDAD DE LA BIBLIA
TEMA 2. EL NOMBRE
TEMA 3. CONTENIDO GENERAL DE LA BIBLIA
TEMA 4. LAS LENGUAS BIBLICAS
TEMA 5. AUTOR DE LA BIBLIA
TEMA 6. FECHA DE COMPOSICIÓN DE LA BIBLIA
TEMA 7. LUGAR DE COMPOSICIÓN DE LA BIBLIA
TEMA 8. LOS GÉNEROS LITERARIOS
TEMA1. UNIDAD Y TOTALIDAD DE LA BIBLIA
La Biblia es un libro que tiene su propia historia, la Biblia no cayó del cielo ya terminada, fue haciéndose poco a poco a partir de la vida real de un pueblo escogido por Dios: Israel. La formación de la Biblia es todo un proceso dinámico, es el resultado de un proceso que ha generado una unidad y una totalidad con la aparición de los escritos. Estos escritos se fueron ajustando a los diversos momentos de la historia del pueblo de Israel, los cuales permitieron que se dieran continuos cambios en su lectura e interpretación. La Escrituras alcanzaron su sentido definitivo con Jesucristo, la revelación plena del Padre. Por tanto, la Biblia debe ser interpretada en su conjunto, como una unidad que manifiesta la totalidad de la verdad y la última y definitiva revelación de Jesucristo.
TEMA 2. EL NOMBRE
La Biblia ha recibido varios nombres o títulos. Biblia es una palabra que viene del griego: es un nombre en plural, ta biblia, que significa los libros. Del griego, ese término pasó al latín, y a través de él a las lenguas occidentales, no ya como nombre plural, sino como singular femenino: la Biblia, es decir, el libro por excelencia. Con este término se designa ahora a la colección de escritos reconocidos como sagrados por el pueblo judío y por los cristianos.
Pero más que un libro, la Biblia es una biblioteca. En efecto, nos encontramos allí con un cierto número de obras muy diferentes entre sí, agrupadas en dos grandes bloques: el Antiguo y el Nuevo Testamento (abreviados: AT y NT).
Antiguamente se le llamaba también a la Biblia la Escritura, las Escrituras o la Sagrada Escritura. Esto es importante y significa dos cosas: se trata de la Palabra de Dios puesta por escrito y por otra parte, lo que para nosotros es Palabra de Dios son los escritos y no los sucesos o las palabras pronunciadas antes de que fueran redactadas.
Dos ejemplos de estos nombres los encontramos cuando Jesús le dice a los Saduceos en Mt. 22, 29 “Vosotros estáis equivocados porque no conocéis las escrituras” y en Lc. 24,32 cuando los discípulos de Emaús dicen: “no es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando Jesús venía hablando en el camino y nos explicaba las escrituras”.
Después se les llamó Libros Santos, Libros Sagrados, Palabra de Dios. Hoy se llama Biblia. El origen de esta palabra viene del segundo libro de los Macabeos en el que se llama a las
escrituras “Biblia Taagia” o sea “Libros Santos”. San Clemente fue el primero en llamar a la Biblia, palabra de Dios.
TEMA 3. CONTENIDO GENERAL DE LA BIBLIA
La Biblia es la colección de libros escritos por diferentes autores, lenguas, épocas y estilos literarios. La Biblia es la biblioteca religiosa de un pueblo, en un solo volumen. Se compone de dos partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
La palabra Testamento en Español se presta a un equívoco, porque no se ve muy claro en qué sentido puede aplicarse a la Biblia. Sin embargo la dificultad se aclara si se tiene en cuenta la vinculación de la palabra latina testamentum con la palabra hebrea berit, “pacto o alianza”.
Berit es uno de los términos fundamentales de la teología bíblica. Con él se designa el lazo de unión que el Señor estableció con su pueblo en el monte Sinaí. A este pacto, alianza o lazo de unión establecido por intermedio de Moisés, los profetas contrapusieron una “nueva alianza”, que no estaría escrita, como la antigua, sobre tablas de piedra, sino en el corazón de los hombres (Jer. 31, 31-34). De ahí la distinción entre “nueva” y la “antigua alianza”: la primera sellada en el Sinaí y la segunda establecida por Jesús.
Ahora bien, el término hebreo berit se tradujo al griego con la palabra diatheke, que significa “disposición”, “contrato”, “arreglo”. De este modo, la traducción de los Setenta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto o alianza era un don y una gracia de Dios. Así, pues, la Biblia es el conjunto de libros que nos hablan de la alianza que estableció Dios con Israel por medio de Moisés (antigua alianza) y que llegó a su plenitud en Jesucristo (Nueva alianza).
La palabra griega diatheke fue luego traducida al latín por testamentum, y de allí pasó a las lenguas modernas. Por eso se habla corrientemente de Antiguo y Nuevo Testamento.
División Numérica.
La primera parte de la Biblia, el Antiguo Testamento, es común a los Judíos y a los cristianos, pero con algunas diferencias.
Los Judíos, seguidos por los protestantes, reconocen sólo los libros escritos en hebreo, unos 39 libros; los católicos añaden 7 libros escritos en griego. Los protestantes llaman a estos 7 libros “deuterocanónicos”: Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, Sabiduría y los libros de los Macabeos, más algunas partes de los libros de Daniel y Ester.
Muchos años después, en 1521 cuando Lutero se separó de la Iglesia Católica, los reformados o protestantes, asumieron el canon de la Biblia hebrea. Eso explica por qué la Biblia de nuestros hermanos separados no tienen esos libros que indicamos
El Nuevo Testamento es idéntico para todos los cristianos, tiene 27 libros. Por tanto, la “biblioteca” del cristiano -o Biblia- tiene para los protestantes 39 libros en el AT y 27 en el NT para un total de 66 libros y para los católicos y los ortodoxos 46 libros en el AT y 27 en el NT para un total de 73 libros.
La Iglesia Católica al igual que la Ortodoxa acepta en el Concilio de Hipona (383) y después en el Concilio de Trento (1.546) los textos que hoy reconocemos inspirados.
División Temática.
Para el Antiguo Testamento nos encontramos con dos clases de clasificación:
La Biblia de los judíos tiene tres partes: la LEY o Torah (que llamamos Pentateuco), los PROFETAS o Nebiim, divididos en dos grupos: los profetas anteriores (son los libros que mal llamamos “históricos”) y los profetas posteriores o escritores (Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc.), finalmente, los ESCRITOS o Ketubim (son los libros sapienciales). Tomando la primera sílaba de cada una de las divisiones (Torah, Nebiim, Ketubim), los judíos han formado la palabra TaNaK, que para ellos designa la Biblia.
La Biblia de los católicos adopta el orden inspirado en la Biblia griega o de los LXX, que clasifica los libros del Antiguo Testamento en cuatro partes: el PENTATEUCO, los libros HISTORICOS, los libros PROFÉTICOS y los libros SAPIENCIALES.
La clasificación de los libros del Nuevo Testamento es la misma en todas las Biblias Cristianas.
La clasificación quedaría así:
Grupos Antiguo Testamento Nuevo Testamento.
Pentateuco 5 libros
L. Históricos 16 libros 5 libros
L. Didácticos 7 libros 21 libros
L. Proféticos 18 libros 1 libro
División Parcial.
En capítulos y versículos.
La división de cada libro en capítulos numerados se debe a Esteban Langton en 1.226 en la Biblia de París y la división en versículos al Dominico Santos Paganini en 1.528 y más tarde en 1551 fue completada por el impresos Robert Estienne, durante un viaje en diligencia de Lyón a París.
La Biblia tiene: 1.334 capítulos, 1054 del AT. Y 260 del NT. 31.175 versículos. 773.692 palabras. 3´566.480 letras. El nombre de Yahveh se repite 6.855 veces. El salmo 117 se encuentra en la mitad de la Biblia.
Esta distribución en capítulos y versículos no siempre corresponde al sentido del texto; no hay que tenerla en cuenta a la hora de comprender su sentido. Pero resulta práctica, ya que la han adoptado todas las Biblias. Para designar un pasaje de la Biblia, basta con indicar la referencia o cita, o sea, señalar el libro, el capítulo y el versículo; por ejemplo: Ex. 3, 1-7.
TEMA 4. LAS LENGUAS BIBLICAS
El conjunto del Antiguo Testamento está escrito en Hebreo con algunas raras páginas en arameo y algunos libros en griego. Estas dos lenguas, el hebreo y el arameo (lo mismo que el árabe) sólo se escriben con consonantes; es el lector el que tiene que añadir las vocales según el sentido de las palabras. Unos sabios judíos llamados “masoretas”, del siglo VII de nuestra era, fijaron el sentido de las palabras añadiendo las vocales bajo la forma de unos puntitos por debajo y por encima de las consonantes; por eso se le llama a ese texto hebreo “texto masorético”.
El Antiguo Testamento fue traducido al griego a partir del siglo III antes de Cristo en Alejandría. Según una tradición, setenta hombres (escribas) fueron encerrados en setenta celdas separadas, y se les dieron setenta días para traducir las Escrituras. Al final del período se descubrió que todos habían hecho la misma traducción, palabra por palabra.
Así reza la leyenda. Más cercano a la verdad es que los judíos que vivían en Alejandría fueron responsables de la traducción, o más bien de varias versiones en griego, que fueron evolucionando a lo largo de muchas generaciones. Cada libro estaba escrito en un rollo y los rollos almacenados en cajas diferentes.
El sentido de esta leyenda tiene su importancia; significa que semejante traducción sólo pudo ser inspirada por Dios. Por eso a esta traducción se le llama la de los SETENTA (en abreviatura LXX). Hubo otras traducciones griegas antiguas, las de Aquila, Symmaco, Teodocio.
El Nuevo Testamento fue escrito totalmente en griego, en el dialecto “común” que se hablaba en aquella época y que es algo distinto del griego clásico; a ese griego se le llama la coiné o lengua común.
Los especialistas traducen y trabajan sobre los textos originales, es decir, los textos hebreos AT y los griegos del NT.
Entre otras traducciones o versiones antiguas se pueden mencionar las traducciones siríaca, copta y latina. La versión latina se llama “Vulgata” (editio vulgata, es decir, edición vulgarizada) y fue obra de San Jerónimo a finales del siglo IV y comienzos del V de nuestra era.
TEMA 5. AUTOR DE LA BIBLIA
Dios habla en la Biblia a través de los hombres, ricos y pobres (campesinos y pastores, sabios y sencillos, profetas, sacerdotes y reyes). Dios no escribió las escrituras de su puño y letra, simplemente escogió a unos pocos hombres como “instrumentos suyos” (por emplear un término ya eliminado del lenguaje bíblico) y les inspiró lo que quería decir y éstos obedecieron y actuaron, pero con libertad.
Dios hace que los hombres por El escogidos (hagiógrafos), “verdaderos autores”, escriban todo lo que Él les revela o sugiera librándoles de error, moviendo por la inspiración su voluntad, pero respetando su cultura, ambiente, temperamento, estado psicológico en que se
encuentran. Aunque la mayoría de ellos (hagiógrafos = escritores sagrados) no tenían conciencia de estar hablando o escribiendo la palabra de Dios, sólo buscaban prestar un servicio a sus hermanos en nombre de Dios.
Los autores son Instrumentos Humanos: Algunos escribieron y otros no sabían hacerlo, pero animaron al pueblo y hablaron, siendo sus palabras transmitidas oralmente por años, hasta que alguien decidió fijarlas por escrito.
En el Antiguo Testamento la mayoría de sus autores son desconocidos, pues pertenecían a la cultura semita donde no tenían sentido de pertenencia sobre las creaciones artísticas, y la propiedad era comunitaria, por lo que todas estas obras son en su mayoría anónimas y generalmente el título del libro no corresponde al nombre del autor, sino más bien al protagonista. Ejemplo, Josué, Ester, Judit, Macabeos, etc.
La mayoría de los autores del Nuevo Testamento son conocidos, tanto así que conocemos los autores de los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, al apóstol Pablo como autor de 13 cartas, etc. Algunos no están escritos por quien dice estar escritos y el autor usa un nombre célebre para dar importancia a su obra. Por ejemplo, la segunda carta de Pedro fue redactada por un discípulo suyo.
TEMA 6. FECHA DE COMPOSICION DE LA BIBLIA.
En lugar de hablar de AUTORIA se habla de PROCESO o de historia de la formación de un libro. Así entonces el Pentateuco se forma entre los siglos X y XI con Moisés como protagonista y Esdras como su promulgador. Los Salmos, Proverbios y el Cantar son fruto del coleccionar progresivo de oraciones, sentencias y cantos de amor. Isaías reúne al menos 3 profetas entre los siglos VIII y VI. La ley se compone de varios códigos nacidos en épocas diversas. La imagen del autor se socializa y con frecuencia hay que hablar de escuelas de carácter sacerdotal, profético, cortesano, sapiencial.
Proceso de formación.
1. Acontecimiento histórico
2 . Reflexión “Dios estuvo presente”.
3. Transmisión oral.
4. Puesta por escrito o tradición escrita.
ETAPA VERBAL
Inicialmente no existían los libros escritos, sino que el pensamiento de Dios o su presencia, se convertía en un mensaje que llegaba a ser propiedad de la comunidad y que se sentían en la necesidad de comentarlo con los demás verbalmente, de vivirlo en si vida diaria, celebrarlo en sus ritos y transmitirlo a sus hijos y nietos de generación en generación, siempre conservando el mensaje, pero variando la metodología o forma de narrarlo.
ETAPA ESCRITA
Se comenzó a escribir el primer libro por el año 1.250 a.C. y se acabó de escribir el último libro unos 100 años después de Cristo. Llegó el momento en que surgió la necesidad de plasmar por escrito todas esas vivencias, celebraciones y tradiciones transmitidas por los abuelos, y se dieron a la tarea mucho tiempo después de ocurridas, de escribirlas en grandes rollos, que llegaron hasta nuestros días.
Entre el primer libro de la Biblia y el último transcurrieron 1350 años, siendo el Éxodo el primer libro que se escribió.
TEMA 7. LUGAR DE COMPOSICION DE LA BIBLIA.
La Biblia no fue escrita en un solo lugar, sino en muchos lugares diferentes, la mayor parte del AT. fue escrita en Palestina, tanto en el reino del Norte, como en el reino del Sur, algunas partes en Babilonia durante el Destierro (Siglo VI a.C.) y otras partes en Egipto donde emigró mucha gente por las dificultades de vivir en Palestina.
El NT. se escribió en Palestina, sobre todo en la capital, Jerusalén, pero al salir los discípulos a evangelizar, también escribieron desde ciudades griegas y romanas y otras del Asia Menor (Turquía), donde existían comunidades fundadas y visitadas por Pablo.
EPOCAS PRINCIPALES.
La Biblia se escribió en su mayor parte en época de crisis y transición de Israel y las principales épocas en que se hizo por escrito la vida y fe del pueblo del AT. fueron:
-
Reinados de David y Salomón (1000-940) marcó la transición de la confederación de tribus al gobierno monárquico y el lento paso de la vida nómada a la sedentaria agrícola.
-
Reinado de Ezequias: (716-687) marcado por la crisis del reino de Judá, después de la separación se generó un movimiento general de reformas que fracasaron por la corrupción, la guerra sucia, la impunidad, la confusión y el endeudamiento sin salida.
-
Destierro en Babilonia (587-538) y después de él. Es la principal crisis en la historia de Israel, el pueblo perdió su fe que generó una crisis de identidad, lo cual llevó al pueblo a reelaborar su fe según una nueva realidad. Esta es la época de más riqueza en elaboración literaria, generándose la redacción definitiva de las tradiciones orales.
TEMA 8. LOS GENEROS LITERARIOS
Leyendo detenidamente la Biblia descubrimos, a través de los diferentes libros, muchas expresiones propias de la literatura oriental donde los conceptos se expresan por medio de imágenes.
Los semitas (los pueblos orientales) a diferencia de lo que sucede en la mentalidad occidental (cultura greco-latina), no eran dados a la especulación o a lo abstracto. Para expresar un concepto, así sea el más abstracto, se valían de hechos o realidades concretas y desde esa realidad construían los conceptos. De igual manera nosotros también utilizamos muchas
formas o expresiones cargadas de imágenes o símbolos para expresar por medio de ellas conceptos o ideas que no corresponden literalmente a lo que estamos expresando.
La literatura bíblica comparte con la universal sus grandes géneros. Los géneros literarios responden a modos diversos de expresarse y a las varias funciones del lenguaje. Se definen por los contenidos que transmiten, por las situaciones y ambientes en que nacen, por la estructura y el vocabulario que utilizan. Para entender un libro es decisivo tener muy claro su género literario.
Por eso, para descubrir la intención que tuvieron los autores sagrados al escribir lo que Dios les revelaba, debemos tener en cuenta los “géneros literarios” que se usaban en su época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. Los géneros literarios más frecuentes en la Biblia son:
1. Histórico.
Si utilizamos este término en sentido muy amplio, puede abarcar todo lo que tiene forma de relato. En la Biblia predomina la historia. Es claro que no corresponde exactamente con lo que hoy llamamos historia, que con su rigor metodológico es una disciplina muy reciente. Lo narrativo en la Biblia comprende la historia real y la ficticia, los géneros poético-populares de la leyenda, la saga, el cuento y el mito, y los informativos como listas, genealogías e informes, la novela y los anales, la biografía y la gran historia.
La historia bíblica no se interesa únicamente de los hechos que fueron, sino y ante todo de cómo fueron vividos y qué significaron.
Con las antiguas tradiciones, en forma de leyendas y de sagas, los historiadores construyeron la historia patriarcal y la mosaica o dieron de ellas una imagen. Lo narrativo del Pentateuco resulta de la fusión de varias versiones de esos viejos recursos.
En la Biblia nos encontramos con tres grandes bloques históricos:
-
El espacio de tiempo que va desde Josué hasta el final de la monarquía. A la obra que recopila este periodo se le llama HISTORIA DEUTERONOMISTA, por dependencia del Dt. Y que se integra de Josué (entrada en la tierra), Jueces (asentamiento de las tribus y confederación tribal), Samuel (monarquía de Saúl y de David) y Reyes (Salomón y los dos reinos hasta el destierro).
-
Hacia finales del siglo cuarto se escribió otra gran historia, actualizando el sentido del pasado para la situación del momento. Su objetivo era reforzar la identidad de la comunidad judía. Es la historia cronística, integrada por Crónicas, Esdras y Nehemías.
-
Los otros dos grandes libros narrativos del AT. son los de los Macabeos. Cuentan la gesta heroica que en el siglo II a.C. llevó a cabo el judaísmo frente al helenismo.
-
Además de esos libros, historia del pueblo en su conjunto, están, dentro del género, las cinco narraciones didácticas de los libros de Rut (relato de una familia emigrante), Tobías (un judío modélico en el destierro babilónico), Judit (la heroína que salvó una ciudad), Ester (la que salvó a su pueblo entre los persas) y Jonás (el profeta a pesar suyo). En el NT. son del género narrativo los evangelios y el libro de los hechos.
2. Jurídico.
La ley bíblica, como género, es semejante a la de otras literaturas antiguas y modernas. La ley bíblica describe las relaciones de Yahvé con su pueblo, los deberes del pueblo para con Yahvé y los mutuos derechos y obligaciones de los hombres por medio de leyes.
La ley bíblica no está recopilada en libros independientes, sino que está encuadrada en la historia de Moisés, en el contexto de la alianza, en el Ex. Lv. Nm. y Dt. Al conjunto del Pentateuco, ley e historia, se le llama TORAH, en el sentido de instrucción.
La ley en los cuatro libros mencionados no constituye un todo uniforme, estructurado y orgánico. Se integra de varios códigos, unos extensos y otros cortos, que surgieron en momentos diversos. No son obra de legisladores, ni son leyes de Estado, sino colecciones de las normas de una comunidad de carácter sacral, a lo largo de la historia.
Se identifican en el conjunto el decálogo mosaico o las diez palabras (Ex. 20, 2-17), el decálogo cúltico (Ex. 34, 14-26), el código de la alianza (Ex. 20, 22-23,19), el código deuteronómico (Dt. 12-26), la ley de santidad (Lv. 17-26) y el bloque heterogéneo de la ley y el saber sacerdotal (Ex. 25-31; 35-40; Lv. 1-16; Nm. 1, 1-10,10; 17-19; 25, 10-31,54; 34-36).
La ley cubre los aspectos diversos de la vida, el civil y el religioso, el ético y el cúltico. Se presenta en dos formas: la apodíctica, de tono absoluto, como “Honra a tu padre y a tu madre” o “No matarás”, y la casuística, representando el caso con un “sí” o un “cuando” (Ex. 21, 2.
3. Profético
La profecía es palabra de mensajero. Tiene la forma de sentencia por la que Dios habla a los hombres. En la Biblia ocupa un lugar excepcionalmente extenso e importante. Las palabras y los recuerdos de los profetas anteriores al siglo VIII llegan hasta nosotros en leyendas recogidas en los libros narrativos, especialmente Samuel, Reyes y Crónicas. Aparte de Moisés, están ahí Samuel, Natán, Gad, Ahías de Silo, Elías y Eliseo.
Después del siglo VIII a.C. lo que nos llega de los profetas son, sobre todo sus palabras. Los profetas mismos no fueron escritores, sino oradores. Sabemos de alguno que dictó palabras a un discípulo (Jr. 36). Los discípulos retuvieron y transmitieron la palabra, que terminó un día en libro. Los libros proféticos recogen eventualmente datos autobiográficos o biográficos de los profetas; pero más que nada transmiten sus palabras. Cada cual tiene su historia. Algunos reúnen palabras de más de un profeta. El caso más extremo es el de Isaías, con palabras de tres profetas.
Los transmisores de las palabras y los editores de los libros ordenaron el material a su manera, a veces siguiendo criterios de contenido, otras de forma, y con frecuencia ningún criterio que nosotros podamos ver. Pero en el ordenamiento se impuso una estructura que afecta al libro en su globalidad.
En el destierro cuajó la convicción de que en los profetas la denuncia y el anuncio de juicio se orienta a la salvación. Y eso se reflejó en el ordenamiento de los libros. Los profetas en los que la promesa de salvación era muy débil recibieron finales prestados de otra procedencia. Es el caso de Amós y de Oséas.
4. Lírico
La lírica, expresión literaria de vivencias, se distingue en su lenguaje de la poesía sapiencial y de la profética, de forma sentenciosa. La lírica abunda en la Biblia, con cantos esparcidos por la mayor parte de sus libros y con tres obras específicas: los salmos, las lamentaciones y el cantar de los cantares.
El cantar es una colección de cantos de amor, seguramente los cantos de novios de la época monárquica, reunidos y vinculados por enlace en época tardía. Celebran el amor juvenil de la pareja en el marco de la naturaleza en primavera, con los protagonistas disfrazados de reyes, de pastores o de cultivadores de jardines, como suele hacer desde siempre la poesía amorosa.
Las lamentaciones son una colección de cinco elegías sobre las ruinas de Jerusalén, destruida en el 586 por Babilonia. Una viuda que llora por sus hijos personifica a Jerusalén y a Judá. Son cantos patéticos por la vida desde el encuentro con la muerte.
Los salmos son una colección de 150 unidades poético-oracionales, compuestas por Israel a lo largo de su historia. La poesía está en ellos en función de la oración. Por sus temas, su lenguaje, sus tonos y su ambiente vital, se dejan dividir en varios géneros, como la lamentación, la acción de gracias y el himno. Y hay también composiciones de tono sapiencial. Desconocemos sus autores. El pueblo los hizo suyos. La colección debió de terminar en el siglo III a.C.
5. Sapiencial
Sabiduría o género sapiencial es una manera de hacer literatura que floreció en todo el oriente desde la más remota antigüedad. La cultivaron los sumerios, los asirios, los egipcios, los árabes y los cananeos. La Biblia se hace eco de ella, pero Israel desplegó también su propia creatividad.
La sabiduría radica en el uso que hace el hombre de su experiencia y de su razón para salir a flote en todos los niveles, el utilitarista, el ético y el religioso, y en el talante didáctico de sus formas y contenidos. El sabio se mueve normalmente en terrenos cercanos, al alcance de la experiencia. Pero aun ahí se encuentra con sus limites. Estos le brindan la ocasión de abrirse a la sabiduría que viene como regalo a quien la busca.
La forma más normal de condensar y de transmitir la experiencia es el mašal, proverbio, sentencia, refrán; pero también el pequeño poema, la alegoría, el relato didáctico y el gran poema. Versa sobre las realidades diversas de la vida, comportamientos humanos, actitudes, situaciones, relaciones. Y en su momento se enfrenta con la crisis y con los grandes interrogantes que presentan el mal y el sufrimiento, la vida y la muerte.
La sabiduría comienza a cultivarse en Israel en la época de Salomón, a quien la tradición hizo prototipo del sabio (1Re. 5, 9-14) y al que por eso atribuye parte de los libros sapienciales. Pero estos aparecieron como fruto maduro en época tardía. En el libro de los proverbios se recoge sabiduría antigua en forma de sentencias. Sus colecciones se remontan a Salomón y Ezequías. Job, en el siglo V, es un libro de tesis sobre el mal y el sufrimiento y los problemas humanos y teológicos. El Eclesiastés, en la época helenística, hace una encuesta rigurosa sobre valores y sentidos. El Eclesiástico, en el siglo II, intenta actualizar los valores tradicionales. La sabiduría, en el siglo I, quiere enseñar a gobernar y a gobernarse.
6. Apocalíptico
El género, cuyo nombre se deriva de la Apocalipsis, revelación, es un fenómeno literario, con un particular trasfondo histórico, psicológico, y teológico. Florece en el siglo segundo y primero a.C. y primero de la era cristiana. Con su lenguaje de símbolos, la apocalíptica, hija de la profecía y un poco también de la sabiduría, presenta el momento del triunfo del reino justo.
La literatura apocalíptica desborda el marco de la Biblia, con un importante número de apócrifos judíos y cristianos. El libro más clásico de este género es el libro de Daniel en el AT y en el NT por el Apocalipsis de Juan.
7. Evangélico
La intención de los evangelistas es presentar la buena noticia, la salvación en Jesucristo (Mc. 12, 1-12). El género evangélico tiene sus formas propias de la época: Fórmulas mnemotécnicas: refranes Mt. 5, 38; numéricas Lc. 17, 4; discurso apologético Jn. 18, 36; discursos doctrinales Jn. 6, 48-59; controversias Mt. 12, 1-14; enseñanza parabólica Lc. 15, 11-32; Milagros Mc. 10, 46-51.
8. Epístolas – Cartas
Las epístolas tienen como intención exhortar, amonestar en nombre de Jesucristo. La carta tiene su propia estructura: Saludo, cuerpo o contenido doctrinal y despedida con algunos avisos o recomendaciones. En la carta sabemos con precisión el nombre del remitente y del destinatario. A este género pertenecen las catorce cartas de Pablo y las siete cartas católicas.